El Cine como forma expresiva y estética

lunes, 4 de mayo de 2009

Apocalypto: El arte de desinformar

Por Cecilia Ruiz Valencia

Hay películas que no dan ganas de ver, y que se quedan olvidadas, o en el mejor de los casos, en una lista muy larga de espera… el problema surge cuando ésa película, que no se antoja ni para un mal día de ocio sencillo, es algo que sabemos que “tenemos” que ver… para bien o para mal.
Por fin el día llega, la vemos, y lo único revelador lo encontramos en el final… no, no en el final de la cinta, sino al final de ésta, cuando recordamos por qué no queríamos verla pero también la razón de por qué sentíamos que debíamos hacerlo… tarde o temprano.
Todo este preámbulo tiene una explicación: hace unos días vi Apocalypto de Mel Gibson en su versión de director; después de más de dos años de que la cinta estuviera en cartelera y tratando de ser lo más objetiva posible para emitir un juicio personal y que no estuviera directamente influenciado por comentarios que, en su momento llegué a escuchar, sobre todo en mi país… y que resultaban ser opiniones francamente negativas. Se puede hablar mucho de esta película, pero no se puede hablar muy bien, y las razones son las siguientes.
La película cumple con el típico estándar Hollywoodense: tiene su héroe, su historia de amor, los buenos y los malos… y un final aparentemente feliz; y eso, no me molesta en lo absoluto… tampoco el contexto en el que esta historia genérica está narrada. El problema surge cuando hay tantos errores biográficos en un medio que alcanzará masas, situaciones que dan pié a que una cultura tan grande y altamente compleja como lo fue la Maya, sea concebida o entendida por un gran sector de individuos, de una manera totalmente diferente a lo que fue en realidad… y eso es lo preocupante.
Hablar de la civilización Maya es hablar de tres mil años de historia divididos en periodos, se tiene que hablar de grandes descubrimientos y legados astronómicos y científicos, aportaciones artísticas y arquitectónicas importantísimas, señoríos, evolución en lenguas e idiomas que aún hoy se siguen utilizando; también se debe hablar de sacrificios humanos, de guerras entre culturas, de presos de guerra, de rituales y de juegos de pelota… entre muchas otras cosas que sería imposible tocar, aunque sea superficialmente, en unos cuantos párrafos.
Resultaría absurdo tratar de mostrar todas las virtudes y legados que una civilización de esta magnitud dejó, en dos horas de película, así como resulta realmente absurdo mostrar todo el lado sangriento y violento en las mismas dos horas… pero al parecer, Mel lo logró.
La película al final parece un condensado de violencia y sangre, destacó los rasgos que en una cultura occidental actual parecen terribles, potenciándolos de una manera que llega a ser grotesca y ridícula, al punto de mostrarnos una película de acción, pero esta vez protagonizada por actores que tienen más cara de Indios Norteamericanos que de Mayas; dejándonos ver montañas de cuerpos en estado de putrefacción (con una clara muestra al holocausto), cabezas rodar por las escaleras de una pirámide imaginaria; un eclipse solar imposible, juegos violentos sin sentido… y muchas cosas más, que al ser exageradas y mostradas de esta manera, suponen también una falta de respeto a una cultura que aún cuenta con descendientes directos con vida.
Hay muchos más errores que solamente demuestran la falta de veracidad histórica en el contenido de la película, y que han sido objeto de muchas opiniones y criticas muy fuertes por parte de sectores de estudiosos de la cultura Maya e incluso especialistas que el mismo Gibson llegó a consultar durante sus investigaciones para la realización del guión, el cual, cuenta con errores gravísimos al contener malas traducciones literarias y problemas de pronunciación por parte de los actores al hablar maya yucateco… aunque eso no fue un impedimento para que la cinta estuviera postulada al globo de oro por mejor película en lengua extranjera…
En el final se encuentra tal vez el más grave error, en el que según la ideología del director, una cultura tan bárbara y violenta, solamente podría ser salvada por la religión con la llegada de los conquistadores; aunque tiene un pequeño margen de error de unos… 600 años o más; ya que para cuando éstos llegaron, la cultura Maya en el periodo clásico que se trata de mostrar, ya no existía como tal.
Como dato curioso… en mi primera (y seguramente última) experiencia con esta película, alcancé a ver un fotograma escondido: se trata de Wally, o Waldo, como le quieran llamar… el personaje de los libros infantiles reconocible por su traje a rayas blancas y rojas, todo esto en una escena grotesca en la que el protagonista cae entre los cuerpos descabezados y pudriéndose al sol que anteriormente mencioné. El personaje curioso aparece sentado plácidamente sobre los cadáveres con una flecha falsa atravesándole la cabeza mientras el revoloteo de las moscas se puede escuchar. Es absurdo, al principio pensé que se trataba de una broma… después lo confirmamos, e investigando un poco más me enteré de que el fotograma apareció en la versión para cine pero fue suprimido en el DVD. ¿No era ya suficiente provocación, Mel?, ¿Qué fin pudo tener eso?... yo me quedo con algo muy personal, y lo único que puedo decir al respecto es que solo demuestra el grado de irresponsabilidad de la persona en cuestión.
Me parece difícil creer que para rodajes con tal presupuesto, no se pueda tener una investigación confiable de fondo, y aunque este no es el único caso con este tipo de provocaciones (ni Mel Gibson alguien en quien muchos confiaríamos); sí me sigue pareciendo abrumadora la simple idea de pensar en las miles de personas que se quedan con esa concepción errónea de tantas cosas que se muestran en un apantalla de cine… y pasa a todos niveles y con todos los temas; la manipulación de información es terrible y cruel, pero más terrible me parece seguir viendo a los consumidores conformándose con lo que les dan, y haciendo esa falsa información suya.
Definitivamente una película no apta para personas a las que les preocupa informarse, y con criterio propio.

3 comentarios:

  1. No sé lo que pensaréis, pero a mi respecto, hay solo una cosa que puedo agradecer a los onquistadores: que treminasen de una vez por todas con ese "canibalismo" al que se veían empujados los indígenas (llegaron a organizar batallas tan solo para poder comerse a sus enemigos). Quizás esté en un problema de tabú cultural, pero es algo que me sigue pareciendo tremendo.

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  2. Acabaron con el canibalismo pero matando a mucha mas gente de lo que los caníbales habrían conseguido comer, y encima no los aprovecharon...

    Ahora en serio, corregidme si me equivoco pero creo que el comerse al enemigo tiene mas que ver con un acto de respeto hacia él que con el acto de nutrirse. No creo que se los comieran porque estuvieran muy ricos asados; sino para ganar su fortaleza y vigor. Y esta misma linea de pensamiento (me como al poderoso o al santo, luego obtengo sus cualidades) la puedes observar en cualquier iglesia un domingo

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  3. Estoy de acuerdo, en algunos casos se debe entender el canibalismo como acto ritual, por las razones que mencionas... un rito en el que se creía que se obtenían las virtudes del otro.
    Es importante notar que estas prácticas se han llevado a cabo en diversos periodos desde la antiguedad... no son específicas de una cultura o culturas; en este caso, las prehispánicas...

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