El Cine como forma expresiva y estética

miércoles, 27 de mayo de 2009

Funny Games U.S. – Jugando con el público

Por Simona Cheli

Entro en el cine, me siento en mi butaca mientras grupitos de chicos jóvenes con pinta macarra a su vez están entrando. Unos pegan gritos para que todo el mundo se entere de lo malotes que son, otros ríen mientras se llenan la boca de palomitas. Son/somos conscientes de que la gran pantalla dentro de poco nos dará un par de horas de espectáculo, una representación ficticia, algo que nos divierta, nos haga escapar de lo cotidiano. Para eso hemos pagado, ¿no? Y como somos los espectadores, nosotros mandamos. Estamos acostumbrados a darle a un botón para pasar de una guerra al Gran Hermano, a un terremoto, o un partido de futbol. La realidad cambia según lo que queremos, pero esta vez hay algo que no encaja. Esta vez el mando no lo tenemos nosotros. Está, pero al otro lado de la pantalla, y quien manda es el director por mano de su alter ego malísimo que encima rompe la cuarta pared y nos guiña el ojo para que seamos sus cómplices. Y eso parece ser lo único que podemos hacer, sentados observando lo que él quiere que veamos.
Pues bueno, ¿que hemos venido a ver al cine? ¿Una película violenta? Vale, ahí la tenemos, una película extremadamente violenta, pero sin una sola escena violenta. No en nuestro campo visual por lo menos. ¿Hemos venido a por un poco de gore? ¿Sangre y sesos? De acuerdo, pero otra vez, tendremos que trabajar de imaginación. ¿Queremos saber la historia de estos dos chicos? ¿Porque lo hacen? ¿Buscar un motivo, algo que nos de alguna certeza? Nada, estos dos psicópatas con cara y ropa de angelitos vienen de la nada y no se sabe adónde van.
Así, mientras la pantalla nos devuelve secuencias y diálogos tan lentos que resultan hasta exasperantes para quien, evidentemente, buscaba algo diferente, (tan exasperantes como las horas que pasa la familia), nos damos cuenta de que los dos psicópatas están jugando con su víctimas al mismo tiempo que el director Haneke está jugando con nosotros. Y de repente nos percatamos de que nosotros también somos parte de los juegos divertidos. Solo que esto ya no es divertido para nada, no nos tranquiliza, es demasiado irracional. Qué pena lo del niño y que crueldad lo del perro, sin hablar de la humillación de la joven madre, pero ya estaba todo planificado. Actuamos y pensamos según nuestro rol. Reacciones obvias de unas mentes bien adiestradas.
Y si nos creemos tan listos que podemos anticipar lo que va a pasar, Haneke nos demuestra que somos nosotros los previsibles, nosotros, criados con los mecanismos de Hollywood. Los que ya saben cómo va a acabar, los de “el cuchillo está allí por algo”, los de “la furgoneta parará” y “el teléfono funcionará”, al final nos damos cuenta de que el Deus ex machina ya lo tenía todo previsto y se reía de nosotros, sobre todo de los que saliendo de la sala se quejaban de una película que para muchos solo tiene un buen inicio, a lo mejor porque tan manifiestamente obvio, como su titulo rojo y la música aparentemente sin sentido de John Zorn que sustituye al aire clásico de Händel.

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Como dato curioso, hay que señalar que la película es una copia prácticamente exacta de la original, dirigida por el mismo Haneke en 1997. La original fue rodada en austriaco, y considerando la censura de los Estados Unidos por todo lo que no es producto cinematográfico nacional, incluido el rechazo por el doblaje de obras extranjeras que resultan, pues, productos de nicho, resulta claro que esta operación ha sido la única forma de introducir la película en ese mercado.

2 comentarios:

  1. ¿crees que esta forma de jugar con el público funciona o es para hacer una y no mas?
    A mi no me parece una buena película pero me puedo imaginar una muy buena película jugando con el público como ha hecho Haneke
    ¿podrías darme algún ejemplo de película/director que explote este campo del cine?

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  2. Ahora mismo no me viene a la cabeza ningún otro ejemplo de película o director que juegue con estos aspectos, y con esto no quiero decir que no los haya, de hecho, si tu tienes alguna información en ese sentido, te la agradecería mucho.
    A propósito del seguir o no con esta fórmula, imagino que esta vez haya funcionado porque una buena parte del público se esperaba algo totalmente diferente. El "juego", en mi opinión, funciona solo con ese presupuesto.

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