El Cine como forma expresiva y estética

jueves, 22 de octubre de 2009

SEAMOS SERIOS

Das weiße Band (2009) Michael Haneke

Por Javier Ramírez Serrano


Ganadora de la palma de oro 2009 , aunque eso nos importa poco, ¿verdad?, la última película de Haneke tiene, desde mi punto de vista, un adjetivo muy preciso para abordarla, sobria.
Genera la sensación de estar ante una obra atemporal, que no es ni cine contemporáneo, ni cine clásico, sino simplemente, cine, y que, increiblemente, no muestra síntomas de nada, no tiene elementos que puedan situar su realización en ninguna época concreta.
Es seria, distante, y perfeccionista.
No te lleva de la mano, y es lenta, o mejor, densa.
Tampoco es agradable, y es dramática, pero extrañamente, a través de la distancia que se genera entre película y espectador, no es sensiblera.
Las interpretaciones son un ejercicio de precisión, como lo es la fotografía y el montaje. Éste último, tijera y nada más. No existe la música, al menos como pegatina, pues siempre se justifica en el entorno.
Podríamos decir que ni siquiera es una "historia", pues el argumento es una especie de ambiente, una descripción de un lugar, de un momento, de una situación concreta... y nada más.
Tan sólo te acompaña hacia un año, un día, un momento histórico.


Por momentos parece casi la España profunda de Valle-Inclán, pero funciona, pues esa narración sosegada y distante, aumentada por una voz en off hiperjustificada por el tono de la película, nos aleja del esperpento.
Los diálogos, duros, acompañan esa sensación continua de incomodidad ante lo que, por motu propio, uno se ha sentado a ver con todas las ganas del mundo.


Es posible que sea excesivamente pesimista, que tenga un tono demasiado bajo, y que incluso no emocione (y menos mal), pero eso convierte a Das weiße Band en una especie de dolor de cabeza en aumento, pues la experiencia está muy lejos del corazón. Haneke nos ofrece una clase de universidad, no una tarde de recreo.

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