El Cine como forma expresiva y estética

domingo, 11 de abril de 2010

SUNFLOWER y la Revolución Cultural China

Por Zoè Delautre
Vivimos fascinados por la cultura tradicional china, siempre delicada y exótica a los ojos del occidental. ¿Pero podemos imaginar que supone occidente para China? Siempre es más fácil juzgar el pasado, ofrece la ventaja de la perspectiva. Y es en el donde hallaremos pistas que nos permitan entender que supuso la intrusión de occidente en la cultura tradicional china.

El escritor de origen chino y Premio Nobel de Literatura del año 2000, Gao Xingjian, describe lo que supuso para el la llegada de la cultura occidental a su vida, no solo como niño o hijo en una familia tradicionalista y acomodada, ciudadano o artista.
Gao nació en Ganzhou en 1940, un periodo agitado en la historia de China, reprimida por el comunismo de Mao y la posterior llegada de la revolución cultural. ¿Pero que suponía aquella revolución cultural, que implicaciones tendría? La cultura occidental se infiltró entre las grietas de la derrotada China de los 70.
La cultura occidental nunca fue algo desconocido para Gao, llegó a su vida a través de su madre, la que había recibido una educación americana. “Una mujer con mentalidad abierta, lejos del espíritu moralista chino”. Con ella, recuerda Gao, “presentía lo que podía ser la libertad”.
China, tras Mao, ansiaba la libertad. Toda China estaba inmersa en el proceso de transición de lo viejo a lo nuevo, lo que originaba grandes problemas en la sociedad. La población China empieza a abandonar sus tradiciones. Muchas de las antiguas costumbres comienzan a desaparecer y muchos aspectos de la cultura tradicional parecen haber quedado atrás. En su lugar, llegó una acelerada persecución de la “modernidad”, encarnada por “lo occidental” y un profundo anhelo de riqueza.
Zhang Yan utilizó sus propias vivencias de aquellos años para rodar “SUNFLOWER”. Dice el director: “en 1987 Deng Xiaoping llevó a cabo el programa de reforma para reabrir China al mundo, y la vida de la población china comenzó a cambiar drásticamente. 1980 y 1990 fueron décadas de un acelerado desarrollo que transformó la apariencia física de ciudades y pueblos. Los valores y perspectivas de la gente evolucionaron de la misma manera que su calidad de vida.”
Yan, en lugar de centrar la historia de su película en aquellos acontecimientos históricos que conmovieron a su nación, explora aquel tiempo a través de la vida d una familia. Y es que la familia sigue siendo la unidad social más importante de China.
En la película, los altibajos entre padre e hijo a lo largo de las décadas representan los cambios en las generaciones chinas. El padre, representa la China Antigua, la generación más tradicional (“la generación de los intelectuales que vivieron a lo largo de los años de los turbulentos años de revolución cultural”, en palabras de Yan). El hijo, llamado en la película Xiang yang, representa la gente joven que creció después de las reformas económicas chinas, hijos de la transición, deseosos de una nueva vida, más libre, más moderna, es decir, para la oprimida China, más occidental.
Para el director, “girasol” no es solo el símbolo que representaba a Mao en los 70 como “el Sol de China”, también significa para él, “crecimiento”. Quería hacer patentes las etapas de crecimiento y los cambios en su película. Por ello estructuró el guión en tres “capítulos” de especial significado simbólico para él, quería que lo humano y lo intimo fueran los medios para narrar la historia de su país.
Escogió para el primer capitulo el año 1976, por ser el año en el que un terremoto sacudió la ciudad de Tangshan, acabando con la vida de 200 000 personas. En aquel año, Mao murió, y la Banda de los Cuatro fue arrestada.
Para Zhang las decisiones que toman las personas respecto a su educación, su vocación, no solo es decisiva para su vida, también lo son para su sociedad, más aun si se trata de la china más tradicionalista. El capitulo segundo se desarrolla en el año 1987, año en el que el joven protagonista decide si irá a la universidad o no.
El capitulo final, ubicado en el año 1999 posee un significado personal especial para el director, siendo el año en el que decidió dedicar su vida a la producción cinematográfica.
Con esta película Zang quiso homenajear a la gente corriente, tratando de ofrecer una pequeña muestra de los pensamientos y deseos de la China de aquellos años de cambio.

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