El Cine como forma expresiva y estética

lunes, 28 de mayo de 2012

La cara oculta (o cómo destrozar una película con el tráiler)


Por Alicia Gastesi

La cara oculta es un thriller del director colombiano Andrés Baiz, estrenada  en septiembre de 2011. Cuenta la historia de Adrián (Quim Gutiérrez), director de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, cuya novia Belén (Clara Lago) desaparece sin dejar ningún rastro, a excepción de un vídeo de despedida. Cuando finalmente el chico decide pasar página con Fabiana (Martina García), una camarera que conoce una noche, la desaparición de Belén levanta las sospechas de la policía. ¿Dónde está realmente Belén, si es que de hecho está viva? Y hasta aquí puedo leer.
Éste es sólo el segundo largometraje de Baiz, (el primero fue Satanás, del 2007), aunque ha trabajado en la producción de otros como Bringing Out the Dead, Zoolander, Cremaster 2, Maria Full of Grace y The Fittest y ha dirigido cinco cortometrajes, tres vídeos musicales y un documental.
La historia está basada en un argumento de Hatem Khraiche Ruiz-Zorrilla y Arturo Infante, que fue adaptado más tarde por el propio Baiz y Javier Gardeazábal. El hilo argumental está bastante bien construido, aunque pueda resultar algo inverosímil (y digo “algo” como eufemismo). La tensión que crea se mantiene hasta el final, revelando parte de las incógnitas y creando otras nuevas a medida que avanza la trama.

Según el mismo director, la historia es “una fábula siniestra que habla de la imposibilidad del amor cuando este se enfrenta a nuestra naturaleza más terrenal. La película muestra los riesgos de poner a prueba el amor de tu pareja"
Fábula siniestra o no, las analogías con Los Otros de Amenábar son, en mi opinión, numerosas: una finca suntuosa alejada del mundo, un protagonista perturbado, una mujer asustada que cree en los fantasmas y una gran dosis de ambigüedades.
Claro que también podríamos aplicar el mismo rasero con El Orfanato de Bayona (producciones españolas-extranjeras, ¿esto me suena?); de hecho, La cara oculta cuenta también con una misteriosa mujer extranjera, si bien Geraldine Chaplin siempre aporta algo más de glamour, aunque sea por el apellido.


En cuanto al ritmo, quizá resulta un poco lenta en la primera mitad, en parte para crear esa sensación de confusión e intriga, pero luego se resuelve con buenos picos de tensión. El montaje, de Roberto Otero, es el que da sentido y cuerpo a todo el conjunto (aunque habría que verla un par de veces más a ver si es cierto que no hay fallos de raccord)
 La interpretación ha sido bastante criticada por quedarse un poco corta.  Personalmente, no creo que esté tan mal, aunque todavía no acabo de entender si Quim Gutiérrez es así de emocionalmente indiferente o es que su personaje es tan complejo que siempre pone cara de póker.
En general, es una historia original y entretenida. El único fallo que le veo es que el tráiler se carga la intriga por completo. Puede que el director considere que lo importante del argumento son esos “riesgos de poner a prueba a tu pareja”; pero sinceramente lo mejor que tiene la historia es el no saber qué está pasando al principio.
Comentaría más cosas, pero es que no quiero reventar nada más. Lo dicho: absténgase de los avances.

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