El Cine como forma expresiva y estética

martes, 1 de mayo de 2012

Sobre el doblaje español en general y el doblaje del Resplandor en particular.

Por Cristina Díaz Toré

He estado investigando sobre la historia del doblaje español, y por qué hay películas que dobladas al español pueden despistarnos y arruinar por completo el discurso cinematográfico, como puede pasar con nuestro "mitiquísimo" Resplandor, que espectadores ajenos a la V.O. llegaron a calificarla como “pésima” e incluso “película de terror de serie B, solo que con un gran presupuesto”.
El doblaje en España, en contra del tópico, no nació bajó la autarquía franquista. Sus orígenes se remontan a la Segunda República, siendo el primer director de doblaje el ilustre Luis Buñuel, aunque bien es cierto que en el régimen se instauró como obligatorio para así poder controlar los mensajes que el pueblo recibía y trasmitir un mensaje acorde a la dictadura de Franco. El primer estudio de doblaje que se instaura en España es T.R.E.C.E., en Barcelona, en 1932. Un año después nace en Madrid Fono España. Ya en Hollywood se empezaron a realizar dobles versiones con actores hispanos. Algunos aficionados al fantástico prefieren la versión hispana de Drácula.
En 1941, y ya con el franquismo, se dictó una orden ministerial que convertía en obligatorio el doblaje. De esta etapa quedan ejemplos de censura como el de Casablanca donde Rick, el personaje interpretado por Humphrey Bogart, luchaba en el bando republicano durante la Guerra Civil española, un matiz que el franquismo eliminó. Pero el doblaje en sí no ha sido tan "dictatorial" como se cree, en realidad se utilizó como medio para ganar más dinero, un complot de exhibidores y distribuidores, ya que las películas dobladas eran mucho más atractivas para el público, pasivo en general.
Y este legado ha sido el que nos ha llegado hasta nuestros días, en el que las salas de proyecciones en V.O. escasean frente a las salas comerciales. Bien es cierto que con la llegada del primer gobierno del PSOE, la directora general de cinematografía Pilar Miró intentó abolir el doblaje, pero no tuvo éxito, debido a que esto conllevaría enormes pérdidas en la industria cinematográfica ya que el público generalmente pasivo dejaría de asistir a las salas de proyecciones. Directores como Juan Pinzás y actores como Juan Diego Botto sostienen que “a los pocos días el Ministerio de Industria recibió una llamada en la que se le advertía que, de eliminar el doblaje, se dejarían de importar zapatos desde Estados Unidos.” Así de duro, amigos.
Posteriormente, con la llegada de la democracia, sobre el año 86 en Madrid, se permitió abrir algunas las de proyecciones en V.O.S, nacen así los cuatro Golem y los cuatro Renoir. A día de hoy en Madrid hay algo más de 40 salas, pero como siempre, este tipo de proyección que cada vez interesa a un número más amplio de espectadores, solo se encuentra en grandes ciudades como Barcelona, Madrid o Valencia, escaseando en el resto de España.
Pues bien, con esto que escribo, no estoy haciendo un alegato a favor del cine en V.O., pero sí pongo en cuestión el doblaje español actual que en la mayoría de los casos carece de calidad. Esto se debe a que cada vez las productoras y distribuidoras pagan peor, y los únicos que aceptan estos empleos son gente menos capacitada.
En relación a la filmografía que estamos analizando de Kubrick, todos sabemos que en la mayoría de sus películas el doblaje español llega a ser dañino, y nos es casi imposible discutir sobre si Kubrick utilizó un 50/0.7 , si vemos a Ryan O’neal hablando hispano…  no podemos evitar soltar alguna risilla y volver al tema del doblaje.¿En qué carajos estaba pensando Kubrick cuando aceptó a Verónica Forqué para doblar a Shelley Duvall?
Según declaraciones de la propia Forqué, "No me eligió porque me hubiera visto como actriz, sino porque mi timbre de voz era muy parecido al de Shelley Duvall. El director de doblaje, Carlos Saura, le mandó las voces de varias actrices y Kubrick eligió mi voz. Me dio una alegría enorme. Cuando entré en la sala de doblaje y me pusieron la primera toma, sentía una enorme responsabilidad, pero creo Kubrick quedó muy contento". Habría que preguntarle a nuestro querido Estanislao (Stanley en español, sí).
Lo cierto es que hace poco encontré la versión latina de El Resplandor:



 Y oigan, no sé ustedes, pero yo me quedo con esta última, porque como me dijo un amigo “convierte a la película en comedia, ya que Nicholson parece Pixie y Dixie”.



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