El Cine como forma expresiva y estética

martes, 13 de agosto de 2013

“FEAR AND DESIRE” LA PRIMERA OBRA DE UN GENIO

            
 Por: Javier Mateo Hidalgo



Gustav Holst nunca comprendió por qué “Los Planetas”, su obra musical más famosa, llegó a alcanzar tamaño éxito. Al parecer, el compositor no la consideraba su obra más lograda. Como Holst, muchos creadores no suelen coincidir con los gustos de su público, lo que en parte parece quitarles autoridad a la hora de considerar su obra a efectos críticos. A veces, una obra puede alcanzar notoriedad injustamente. Hay muchas cosas que entran en juego a la hora de adjudicar este aura: además del público, está el factor de la crítica especializada, encargada de ensalzar o condenar a los infiernos el trabajo de los demás. También están las modas e incluso el motivo por el que se conciben dichas piezas: una banda sonora puede alcanzar el éxito por el film por el que fue compuesta, por ejemplo.
De entre los creadores más exigentes y críticos con su propia obra, podemos destacar sin duda a Stanley Kubrick. La búsqueda de la perfección le llevó a tener una sucinta filmografía, donde no cabe una mácula capaz de desprestigiar su trabajo.   
Quizá lo más cercano a un ejemplo imperfecto de su trabajo podemos encontrarlo en “Fear and desire”, su ópera prima. Es evidente que para llegar a un grado de excelencia en la empresa que uno se propone, hay que realizar una especie de viaje iniciático en el que poder aprender de los errores e ir depurando el talento. Para el cineasta, este periplo quedó evidenciado en éste su primer filme, al que consideraba como la obra de un “aficionado”. No obstante, “Fear and desire” (“traducido como “Miedo y deseo”) recibió buenas críticas por parte de los representantes del cine y ensayo del momento. Siendo objetivos, es una obra más que correcta. En ella pueden verse trazas de ese cine genuino de Kubrick, quien siempre se preocupó por una imagen interesante y depurada. Antes que el cine, se dedicó a la fotografía, oficio inculcado por su padre, llegando a trabajar profesionalmente en revistas de la talla de la neoyorkina “Look”. Sus instantáneas mostraban a un artista en potencia, el cual acabó desarrollando este oficio por la vía del séptimo arte, no abandonándolo nunca, estando presente en cada una de sus realizaciones. Él era consciente de que el cine entraba primeramente por los ojos, por lo que siempre apostó por estar en primera línea, tras la cámara, a diferencia de otros cineastas que delegaron en sus directores de fotografía. La puesta en escena resulta en muchos casos excesivamente teatral, pues las figuras de los personajes se presentan excesivamente hieráticas y colocadas de forma forzada para lograr un conjunto estético y equilibrado. Además, las luces y sombras  surgen como un recurso expresionista excesivo (algo que también encontraremos en sus películas inmediatamente posteriores, aquellas de las que el director sí estaba orgulloso: “El beso del asesino” y “Atraco perfecto”.  
Para realizar “Fear and desire” (la primera de sus películas bélicas tras la que llegarían “Senderos de Gloria” y “La chaqueta metálica”), el joven Kubrick (el cual contaba con 22 años en aquel momento) contó con el apoyo económico familiar: su padre retiró el dinero de su seguro de vida para invertirlo en al producción, y su tío puso la cantidad que faltaba hasta llegar a los 53.000 dólares. Corría el año 1951.



Con un equipo reducido de rodaje (entre los cuales se encontraba su primera mujer), el director de “La naranja mecánica” se trasladó a las Montañas de San Gabriel en Los Ángeles (California) para filmar la historia de una guerra inventada y protagonizada por un grupo de actores desconocidos.
Debido a la carencia de medios, en la película prima lo psicológico por encima de la acción, dando peso a los diálogos y a la voz en off, centrándose en la soledad de unos soldados que deben de huir de la zona enemiga en la que se encuentran para regresar salvos y salvos.
Durante la proyección de “Fear and desire” en su estreno, Kubrick sufrió los comentarios chistosos de algunos espectadores que encontraban sobreactuadas algunas interpretaciones y cómicas determinadas situaciones de su película. Uno a uno, fue recopilando las copias de su trabajo y las hizo desaparecer, tratando de borrar de la faz de la tierra la existencia de este trabajo del que siempre renegó. No obstante, para su desgracia un negativo sobrevivió en los Laboratorios Kodak y “Fear and desire” fue recuperada en el año 1994. Recientemente, ha sido editada en DVD, lo que ha sido celebrado por los seguidores del cineasta. No hace mucho tampoco, fue recuperado también el material desechado por Kubrick de su famosa película “2001, una Odisea en el espacio”.

“Fear and desire” debe visualizarse siendo conscientes de toda la historia que la rodea, para ser justos con ella. A mi juicio y a pesar de los posibles defectos que puede tener, posee una factura óptima y no es ni mucho menos un film indigno a la hora de ser tenido en cuenta dentro de una biografía como al de Kubrick.

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